Otro día en la charquita.

La verdad es que no pensaba repetir, pero diversos contratiempos me dejaron el día libre. Los abejarucos aún no tienen pollos con lo cual el posadero que usan antes de ir al nido a cebar está triste y vacío, así que a falta de otro plan mejor decidí repetir la visita a la charca. Después de acondicionar un poco el lugar con la piqueta, de colocar posaderos y un par de flashes porque la zona es umbría, era cosa de esperar, y aunque al principio estaba todo demasiado tranquilo (muchas especies cuando terminan la cría se dispersan y dejan esta zona muy solitaria, como los morunos) el día no decepcionó con especies "nuevas" en el lugar.
La primera en dar la sorpresa fué una bonita hembra de alcaudón común (algo sucia la pobre, traía unas ganas de bañarse locas, cuando se posaba y miraba el agua aleteaba y abría y cerraba rápidamente como cuando están dentro bañándose, debía ser sólo de pensar en ello):) ...aquí la guapa:

Después vinieron dos currucas, la cabecinegra, que nunca había visto aquí, y que como todas las currucas viene en plan furtivo, aprovechando si es posible un momento de tranquilidad donde los bullangueros morunos no estén llenando aquello, y está allí lo menos posible, haciendo más difícil fotografiarla a gusto. Aquí un bonito macho:

y poco después la carrasqueña (como efectivamente bien señaló Marcos Díaz en mi anterior entrada...en ese caso era la hembra, pero ahora vino un par de veces el macho, más bonito aún):

La afluencia es cada vez mayor de ejemplares inmaduros (porque hay más y porque al ser más confiados son los primeros en bajar sin remilgos, ayudando muchas veces a los más recelosos adultos a bajar). En algunos casos conviven amigablemente, como estos dos pollos de mito y herrerillo que no tenían inconveniente en bañarse casi pegando uno a otro:

Los mitos vinieron un par de veces en familia (como siempre hacen), y tanto adultos como pollos esta vez bajaron a beber y a bañarse. El plumaje del juvenil es más pardusco y la ceja es anaranjada en lugar de amarilla....no tengo claro cuál es más bonito, con ese plumón despeluchado que les hace parecer peluche:

Los mirlos, sobre todo los inmaduros (los adultos en el campo son tremendamente desconfiados...por la cuenta que les trae tratándose de un coto de caza además), eran los más abundantes en la zona:

Aquí una hembra adulta comparte bebedero con un machito de moruno sin mayor problema:

Los morunos, mucho menos abundantes ya porque habrán terminado la cría la mayoría de ellos, también hicieron su abundante aparición:

Un par de  hembras adultas:

Y un par de machos adultos:

Y por último un inmaduro:

El bonito ruiseñor (la charca está rodeada de territorios de ruiseñores, lo sé porque antes de entrar a beber se dedican a cantarse unos a otros como avisando de que ahí están ellos y a veces hay alguna persecución) siempre baja un par de veces, le encanta bañarse y no se puede resistir aunque quede feísimo y hecho una sopa:

Esta vez aparecieron los pinzones sólo en un par de ocasiones:

Y los picogordos solo una, y teniendo en cuenta lo apagado de los tonos del plumaje, diría que era la hembra. Fijáos en el detalle de las comisuras del pico sin plumas y arrugadas, señal de que durante las cebas terminan algo perjudicadillos los padres (algo parecido ocurre en todas las especies pero también a los jilgueros se les nota mucho):

Y uno que no me esperaba, y que de hecho me pilló desprevenido y claro, a 400mm  y cualquiera andaba quitando zoom con ella mirando sin quitarme ojo....anduvo después dando vueltas por allí pero no terminó de decidirse a bajar de nuevo, y es que el pito real es otra de las especies especialmente desconfiadas:

Y ya volviendo al coche, una colilarga en el camino y la culebrerita blanca a lo lejos prospectando con atención el suelo:
 

y éso es todo....deseando ya que los elanios saquean adelante su puesta y que los abejarucos eclosionen sus huevos y se pongan locos buscando comida.
Un abrazo.