jueves, 25 de septiembre de 2014

Tributo a la imperial.

Después de tantas sesiones de carroñadas, muchas de ellas muy exitosas (menos cuando se trata de quedar bien con alguien), he querido hacer una recopilación de las que más me gustan del águila imperial, esa jodía pareja esquiva y cantarina que llega atraída por la marabunta de buitres que se forma en el cielo, que intenta coger una y otra vez algo de carne para sí, que muchas veces te deja con las ganas, después de haberlas visto planear a escasos metros del suelo y de posarse en las encinas cercanas, después de haberlas visto hacer picados intimidatorios a los buites....para sólo alguna vez rara, posarse , acercarse con cautela....para rápidamente coger un trozo de carne y largarse con él sabiéndose acosadas desde todos los frentes, sabiéndose poderosas pero al mismo tiempo sabiendo que ese poder es lo que las hace ser hostigadas por todos.
Va por las imperiales:


Cuando se posan en las encinas cercanas, el pulso se te acelera porque incluso posadas a cierta distancia ya doblan las ramas donde se posan y ya impresiona su tamaño:









Como a veces permanecen un buen rato desde su oteadero vigilando los contornos, les da tiempo a saludarte de manera simpática:








Para después alzar el vuelo....la mayoría de las veces para largarse sin que te puedas explicar qué las ha llevado a irse....y algunas veces, las menos, para disfrutar de su presencia más cercana:














Primero posadas más lejos antes de acercarse:

  







...y luego quedándose realmente cerca, sin perder de vista al objetivo y el sonido del obturador:
















































...y con ésto termino esta entrada dedicada a ellas y a la  persona que conozco que más admiración siente por ellas...a Deivid. Un saludo.